INFORME DE LA TALLA DE
Nuestra Señora la Santísima Virgen de los Remedios.
Breve historia de la talla:
La actual talla de Ntra. Sra. de los Remedios, patrona de Ibros, conocida por muchos devotos como “La Remediadora” se venera y recibe culto en la parroquia de San Pedro y San Pablo de la localidad, siendo su madre y Patrona. La imagen se sitúa en la hornacina del retablo mayor de dicha iglesia.
La talla original, parece a simple vista por fotografías una interesante talla gótica que fue mutilada para ser revestida con ricos ropajes en el periodo del barroco (Siglo XVII), como moda predominante en el arte español en el referido periodo histórico. Desconocemos cómo era el cuerpo pero intuimos que era ricamente estofado, estando adosado quizás un pequeño candelero para hacerla más fácil de vestir al colocarle ricos ropajes. Los rasgos del rostro eran muy arcaicos, como era frecuente en las imágenes del periodo tardo-gótica.
Esta interesante imagen fue destruida junto a los demás enseres de la parroquia en los tristes sucesos de julio de 1936. Fueron momentos duros, en los que este pueblo mariano perdió a su excelsa Patrona, que sin duda era una talla interesantísima con un gran valor histórico-artístico.
Según cuentan los mayores del pueblo, al año siguiente de su destrucción y al no haber imagen física de la Señora para procesionarla en las fiestas, se procesionó un cuadro con una fotografía de la Virgen.
Pasada la contienda civil, e impulsada por la camarera, la señora Ana Martos Trillo junto a varias familias adineradas de la localidad devotas fervientes de la Virgen, deciden unirse y encargar una “réplica” de la talla destruida al escultor granadino José Navas-Parejo Pérez, quién realizó más bien una “versión” neobarroca de la talla desaparecida, gracias a la existencia de diversas fotografías de la misma.
Es curioso destacar, que aunque Navas-Parejo se inspiró en la imagen desaparecida, al pueblo de Ibros no gustó en un principio y tras su llegada al pueblo (se cree que en torno a 1938-39), tuvo que ser devuelta a su taller para remodelarla. También, hay que destacar que Navas-Parejo realizó una imagen un poco más grande y esbelta que la destruida. Prueba de ello, lo comprobamos con la corona más antigua que perteneció a la anterior, la cual queda pequeña en las sienes de la actual Señora, así como en atuendos de la talla original, los cuales le quedan cortos a la actual.
La gran devoción e importancia de la imagen de la Virgen de los Remedios, la ha llevado a protagonizar diversos capítulos extraordinarios e históricos a lo largo de su historia fuera de la localidad. Se tiene constancia de su participación en la Magna Mariana celebrada en la ciudad de Jaén el 1 de noviembre de 1950, con motivo de la proclamación del dogma de la Asunción de la Santísima Virgen María a los cielos, donde acudieron la mayoría de las patronas de la diócesis jiennense.
Así en 1954 en la ciudad de Baeza, con motivo del centenario de la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción, S.S el Papa Pío XII proclamó Año Santo, ante el cual se realizaron numerosos eventos religiosos en las distintas diócesis de España. Por este motivo, el arciprestazgo de Baeza, al que pertenece Ibros, organizó una especie de “procesión magna” con las diferentes patronas de dicha región eclesiástica en la que no faltó por supuesto la patrona de Ibros.
Por último, la talla mariana fue llevada en septiembre de 1987 a Torreciudad en Zaragoza, por expreso deseo del párroco de Ibros en ese momento, Don Juan Párraga , siendo cobijada una noche en la Basílica del Pilar junto a la Patrona de España. A pesar de la oposición del pueblo en un principio, en torno a doscientas personas acompañaron a la Virgen en un fin de semana histórico para los Ibreños, donde la talla mariana llegó incluso a procesionar por el entorno del Santuario.
Análisis morfológico y estilístico de la talla:
José Navas-Parejo Pérez fue el autor de la imagen, realizándola en su taller de la Carrera del Genil de la ciudad de Granada. Se sabe con bastante certeza que la Virgen es de Navas-Parejo porque la anterior camarera, la señora Ana Martos Trillo, la cual estuvo cincuenta años al cuidado de ella, contaba que se hizo en Granada en el taller del artista Navas-Parejo y que ella misma fue a verla en varias ocasiones al taller cuando se estaba haciendo. Por tanto no hay duda de quien la hizo.
Para su realización, y como los Ibreños/as le proporcionaron diversas fotografías de la imagen destruida. Estamos pues, ante una “versión” dulcificada de la talla original guardando los grafismos propios del estilo del escultor e imaginero José Navas-Parejo Pérez.
La actual efigie es una bella, fina y delicada imagen de madera policromada, con ojos de cristal de candelero para vestir, con brazos articulados, tallada solo en cabeza y manos. Realizada en pequeño formato, tiene una altura aproximada de 1, 20 m (tamaño académico).
La talla, presenta una madera más noble en la cabeza y manos, (Cedro) siendo el resto del cuerpo de un material más inferior (Posiblemente pino de Flandes).
La imagen se amolda al gusto estético del neobarroco tan predominante en la época pero recordando siempre en su posición e icono a la original. En todo momento, reproduce ese hieratismo y frontalidad de la destruida.
Por tanto, estamos ante una “versión neobarroca” propia del contexto histórico que se vive en nuestro país, donde se copian y hacen cientos de réplicas de tallas destruidas del periodo del barroco. Conserva esa esencia aunque no reproduce fielmente la talla destruida, por tanto no su original apariencia.
Presenta un rostro aniñado con rasgos suaves de expresión contenida, además de su particular hieratismo que recuerda a la antigua. Llama poderosamente la atención sus grandes y hermosos ojos negros de cristal, así como su pequeña, fina y delicada boca, propia de los rasgos aniñados anteriormente mencionados.
A pesar de su pequeñez, muestra una gran perfección en la realización de los ojos, nariz y boca consiguiendo una expresividad que conmueve al devoto por lo que transmite. Llama la atención, el hecho de que no sostenga entre sus manos al divino infante, al igual que le ocurriese a la original; hecho poco usual en otras imágenes de gloria, haciéndola aún más si cabe, una imagen única e irrepetible.
Las manos, con escaso movimiento son del estilo de “tenedor” con unos dedos largos, finos y delicados, propios del estilo de Navas-Parejo sacadas como en otras creaciones del modelo ya existente de dedos finos y muy delicados, el cual fue sacada de un molde que realizó a sus nietos en edad infantil.
En cuanto a la policromía original, muy del estilo de su autor nos mostraba una imagen con tonos ocres y matices suaves, muy propios de la escultura granadina.
Comparándola con fotos actuales, la imagen presenta en la actualidad un aspecto más burdo y basto, presentando una policromía de más baja calidad a causa de la desafortunada intervención de 1988. En dicha intervención se realiza una nueva policromía intentando asemejar a la original, donde se pierde la línea del párpado superior que simulaba el efecto de las pestañas, dando otra profundidad a la mirada de la imagen. Por tanto, la talla se encuentra alterada conforme a su aspecto original.
El atuendo la hace aún más característica y única, conservando ese icono de triángulo, sus características e innumerables joyas y su singularidad aderezo conservado hasta la actualidad, sin sucumbir a la moda sevillana de los encajes alrededor del rostro que a veces adocenan y restan autenticidad a la imagen de la Santísima Virgen, confiriéndole sin duda un sello único e irrepetible.
Restauraciones e intervenciones:
En 1988, fue practicada la primera intervención, ocasionada por el deterioro sufrido en la talla al ser transportada en un camión al evento ya mencionado de Torreciudad, impulsado y promovido por el cura-párroco del momento. Al ir vestida y enjoyada, la imagen sufrió grandes deterioros en la policromía, por lo tanto a su vuelta al pueblo se decidió restaurarla.
La Virgen se lleva a Sevilla para su restauración, a través de un Ibreño residente allí, Luis Garrido, estando de párroco en Ibros el ya mencionado Don Juan Párraga Barranco. La talla fue trasladada a Sevilla por el Padre Pedro, hijo natal de Ibros. Se desconoce el nombre de la persona que lo hizo, solo se sabe que era un hombre mayor que ya estaba jubilado, que tenía el taller en el Barrio de los Remedios de Sevilla. Es de destacar que la imagen fue llevada a esta persona porque el mencionado Luis Garrido lo conocía y tenía amistad con él. En dicha intervención, se le quitó la policromía original, dejándola en la madera, descubriéndose que la cabeza estaba hecha de un tipo de madera y las manos de otro tipo de madera. Fue de nuevo policromada por este escultor, dándole su actual aspecto.
Curiosamente, al no estar terminada la restauración para las fiestas de mayo, volvió al pueblo inacabada, regresando después a Sevilla de nuevo, donde fue ya definitivamente terminada de arreglar.
En 2010 fue restaurada por Alfonso Buendía, natural de Ibros, pero residente en Sevilla en ese momento. En la actualidad, reside en Villamartín (Cádiz). También le ayuda su compañera María Teresa Rodríguez García. En dicha intervención, muy respetuosa con la talla, se realizó una limpieza superficial de la policromía, así como el arreglo de desperfectos y arañazos, propios de una imagen de vestir.
Así mismo, se realizó un profundo estudio a la talla, donde se pudo confirmar que la talla es de postguerra en su totalidad, confirmando ese bulo que muchos vecinos comentaban de que había sido reconstruida o incluso que se trataba de la original aunque muy retocada, algo que ya de por si se veía imposible, pues era algo evidente.
Informe realizado por José Manuel Cordobés Delgado
Abril de 2020
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